Este proyecto nace de la admiración y amor que siento hacia mis dos gatas Coco y Ginger.
Los gatos me parecen seres extraordinarios y casi místicos. Me causan sorpresa porque, aunque son de costumbres, nunca dejan de sorprenderme.
Son de una exquisita belleza para nuestra vista, no solamente por su físico o estética, puedo contemplar con deleite su elegancia, su serenidad, su juego, su calma, su descanso, su mirada y un sinfín de cualidades.
COLGANTES
Desde un inicio tuve claro para el proyecto centrarme en la silueta de las gatas, ese contorno que puede tomar formas distintas con sus infinitas posturas.
Escoger la forma como elemento en el que se puede descomponer una imagen y escoger la línea como elemento de composición de la joya, calándola en el metal, otorgando así a la pieza de una estética visual sencilla y al mismo tiempo de impacto por el tamaño de la pieza.
«Querer a las personas como se quiere a un gato, con su carácter y su independencia, sin intentar domarlo, sin intentar cambiarlo, dejarlo que se acerque cuando quiera, siendo feliz con su felicidad.»